- José María Flores Yan posee un peculiar carisma, se apodera de los escenarios para dar un monólogo donde cuenta anécdotas personales de forma chusca, en un espectáculo humorístico sin precedentes que arranca carcajadas a sus espectadores y ha logrado viralizarse en redes sociales.
Redacción/Sol Yucatán
Mérida.- José María Flores Yan, un joven de 24 años, quien posee un peculiar carisma, amplia capacidad creativa e ingenio, se apodera de los escenarios para dar un monólogo donde cuenta anécdotas personales de forma chusca, en un espectáculo humorístico sin precedentes que arranca carcajadas a sus espectadores y ha logrado viralizarse en redes sociales.
La discapacidad que le obliga a desplazarse en una silla de ruedas no ha sido impedimento para dedicarse a hacer lo que más le gusta: el stand up, un género de la comedia, donde el protagonista es un héroe porque se desnuda, metafóricamente, en un ejercicio catártico para él y sus espectadores que supone un reto intelectual y artístico.
“El obstáculo más grande son las escaleras”, afirma, seguido de una sonora risa y con una actitud que raya en lo inspirador, pues el comediante ironiza sobre su condición, bromea sobre los estereotipos, prejuicios, discriminación y autoriza a reírse de sus miserias y experiencias, que también son las nuestras, dando una lección de vida sobre la resiliencia y sentido del humor.
En entrevista, el standupero señala que con esta actividad que realiza desde hace cinco años, su objetivo es entretener, hacer reír y que “la gente se olvide del estrés, los problemas familiares, laborales y pasen un momento agradable, porque la risa purifica el alma”, dice entusiasmado.

Chema Flores, como también se le conoce, refiere que desde pequeño se ha inclinado por la comedia de autor y empezó a practicarla primero en su ambiente familiar y con amistades; para posteriormente participar en un concurso universitario donde obtuvo muy buenos resultados y decidió dedicarse a eso.
«Yo crecí con los programas de comedia de televisión nacional y dije que me gustaría estar en los escenarios, entretener público, luego conocí el stand up, un género de autor, personal, donde platicas lo que te sucede de forma graciosa”, indicó el standupero originario de Mérida, Yucatán.
El también gamer y estudiante del último año de la carrera en Ingeniería Biomédica, explica que todo su contenido es original y hecho por él mismo; sin embargo, preparar el material es un proceso que se cuece a fuego lento, por lo que, para producir tan sólo 5 minutos de show efectivos, es decir, que provoquen risa en el auditorio, podría llevarle hasta un mes.
En tanto que, para elaborar una hora de su rutina humorística, podrían ser hasta tres años y medio “porque no es llegar a decir cualquier cosa. Cualquier babosada que yo diga no es tener creatividad. O creer que mentándole la madre al público voy a hacer reír, a lo mejor lo logras, pero no se trata de eso”.
Fiel a este género, durante sus presentaciones José María Flores Yan relata vivencias propias, expone temas que le han causado tristeza o dolor, trata de buscar cómo darles la vuelta y finalmente concluir con un remate que el público no espera, “es pasar de la tragedia a la comedia y darle la vuelta a una situación, es convertir algo negativo en algo positivo».

En cuanto a su proceso creativo, comenta que repasa sus experiencias, escribe el guion, luego lo ensaya en los open mic, que son espacios públicos donde se reúnen varios jóvenes que comparten su pasión el stand up; de esta forma, a punta de prueba y error, va mejorando e indagando qué sirve, y qué no.
Y aunque siempre ha tenido todo el apoyo de su familia, la única condición que le ponen sus padres para no interferir en su actividad de stand up es que no baje su rendimiento escolar y termine su carrera profesional: “Mi familia siempre ha estado apoyándome, me dicen que mientras no descuide la escuela está bien porque no sólo es decir tontería. El apoyo es siempre, eso me fortalece y como ven que lo disfruto no tienen problemas con eso”.
Chema Flores dice que a pesar de que en el estado impera el gusto por la comedia regional, no es un género que le atraiga porque en el stand up “no necesita caracterización como la regional, porque se trata de ti, ahora la gente ya ubica el stand up, va a bares a disfrutarlo, poco a poco los gustos han ido cambiando”.
Reconoce que el mayor desafío es enfrentarse al rechazo a nuevos talentos, ya que prefieren a personas más conocidas, no obstante, asegura que no ceja en su empeño para abrir una brecha que permita la diversidad y más oportunidades para las personas que se van sumando a esta actividad y están en pleno desarrollo de sus habilidades para este tipo de comedia.
Sobre su creciente fama, revela que ha sido una sorpresa inesperada que sus contenidos audiovisuales se viralizaran: “Fue inesperado que mis videos tuvieran el alcance que han tenido en TikTok, por ejemplo. Cuando vimos que el primero pegó, subimos el siguiente y fue doblemente mejor, estoy muy satisfecho con resultado, fueron dos millones de visitas y de la nada”.
De manera cómica, Chema Flores ha encontrado la forma de conectar con otras personas, abordando diversos temas que experimenta en su vida cotidiana y se mofa de las situaciones para verlas desde otra perspectiva.