DONACIONES INTERNACIONALES DE VENTA EN ALMACENES
- 4,541 familias enlutadas por la tragedia del siglo: un terremoto el día 19 de septiembre.
Redacción | La Opinión de México | Sol Quintana Roo | Sol Yucatán | Sol Campeche | Sol Chiapas | Sol Belice | La Opinión de Puebla
(Segunda de siete partes)
Ciudad de México.- En septiembre y octubre, la Secretaría de la Defensa Nacional y la entonces Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, establecieron cifras definitivas: 4,541 familias enlutadas por la tragedia del siglo: un terremoto el día 19 de septiembre y otro poco más de 24 horas después…
¿Cómo se llegó a tal conclusión, que apenas varió con el fallecimiento posterior de algunos lesionados?
A medida que se iban rescatando cadáveres, se les fotografiaba y computarizaba mediante el aporte oficial de actas de nacimiento, cartillas militares, documentos escolares, testimonios personales. Un ejército civil apoyó el recuento y reconoció que unas 400 personas se fueron a las fosas comunes, al no llegar la pronta identificación.
Y el plan del considerado increíble robo del siglo seguía adelante: era necesario un vehículo pequeño, digamos “insignificante”, que no despertara la curiosidad entre los vigilantes del Museo Nacional de Antropología e Historia.
Se sabía perfectamente que de los cien guardianes del MNHI sólo quedaban 10, los demás fueron dados de baja por cuestiones económicas. Y que las enormes instalaciones, obviamente no eran bien vigiladas.
Dos de los integrantes de la banda, como a veces sucede, eran dos empleados que conocían el movimiento nocturno.
Mientras tanto, ante el deseo de mucha gente de “salir en la televisión”, muchos exhibicionistas se permitían dar órdenes concluyentes para impedir que los peones rescataran personas, porque supuestamente se provocarían movimientos en las ruinas y los derrumbes resultarían mortales.
Esto fue mentira porque nunca hubo tragedias por derrumbes provocados por rescatistas y tal vez no llegó auxilio oportuno para decenas de atrapados, por culpa de quienes daban órdenes absurdas a diestra y siniestra, mientras las cámaras de televisión los enfocaban.
En los edificios colapsados hubo un denominador común: la pésima construcción, la utilización de varilla delgada, los “colados” mal hechos en columnas y losas. Eso fue criminal. Incluso había instalaciones de gas con tubería para agua dulce. En algunos edificios las trabes estaban al revés, de manera que la carga se soportaba en la parte más débil. En otros inmuebles había un enjambre de varillas gruesas en parte de las columnas y unas cuantas varillas entre otras áreas.
Extrañamente, gran número de objetos donados por diferentes países, incluídas cientos de tiendas de campaña, aparecieron a la venta en grandes almacenes. Unas ambulancias con equipo especializado para cirugía en sitio fueron arrebatadas en pleno Aeropuerto de la ciudad de México, por las fuerzas armadas, cuando que estaban destinadas a la Cruz Roja Mexicana.
La rapiña de alto nivel era tan notable que el gran cantante Plácido Domingo, condecorado por su notable actuación durante la tragedia de 1985 dijo: “Jamás entregaré dinero a las autoridades mexicanas para los damnificados, porque la ayuda jamás les llegaría, prefiero hacer la entrega personalmente”.