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EDITORIAL

Una vez más las mentiras de Mauricio Vila Dosal se cae, principalmente la de su “Yucatán Seguro”.

UN GOBERNADOR MENTIROSO E IMPUNE

  • La gente no confía en la policía y más del 91% de los delitos no se denuncian, es decir 9 de cada 10 delitos no son denunciados
  • Claro que así, no hay delitos en la Fiscalía y sus cuentas alegres les dicen que no se cometen, pero eso es una mentira

Redacción / Sol Yucatán

Una por una parece que se irán derrumbando las mentiras del gobernador Mauricio Vila, y se irán cayendo no porque las publiquemos en este periódico impreso y digital, se van a caer porque la realidad puede siempre más que la ficción, aunque hoy en día cueste trabajo creerlo.

Una de las grandes mentiras que los hechos derrumban en el gobierno de Mauricio Vila es su harto cansada campaña de “Yucatán Seguro”, para traer más gente a Mérida principalmente y que parezca que hay bonanza cuando es todo lo contrario.

Ya sabemos que la Fiscalía yucateca sirve a los intereses del gobernador y sus secuaces, pero apenas ahora nos enteramos que es la peor calificada en todo el país.

Claro que el reporte que mandan desde la Fiscalía al Sistema Nacional de Seguridad indica que se cometen pocos delitos, pero eso no es cierto, eso ya lo sabíamos, que maquillan las cifras y que a nivel nacional las estadísticas se hacen con los números que mandan desde los estados, se supone que deben ser honestos.

Pero ahora nos dice la ONG Impunidad Cero, que de acuerdo a sus reportes, análisis y estadísticas, en Yucatán el 91.30% de los delitos no son denunciados.

Solamente la gente denuncia el 8.70% de los delitos, pero además, de esta mínima cantidad, apenas el 0.11% de esas denuncias se resuelven.

Es decir ni el 1% de los delitos que se cometen en territorio yucateco puede esclarecer la Fiscalía. Ya se sabía la clase de personaje que es el Fiscal León, solo hay que revisar su pasado inmediato en la Fiscalía General de la República, antes Procuraduría General de la República.

Pero que ni el 1% de los delitos cometidos y denunciados se resuelva, si es dramático y vergonzante.

Es un hecho, que tampoco se puede negar que los índices de violencia callejera, asaltos y otras fechorías, son un poco más bajos en Yucatán que en otros estados, pero eso no se debe a la policía, ni a la Fiscalía y menos a los jueces, eso se debe a que los yucatecos históricamente son gente de paz, les gusta vivir en paz, que se cumpla la ley, pero no es un asunto de policías ni políticas públicas del gobierno, eso es falso.

Y tampoco esas estadísticas de baja delincuencia aplican en todo Yucatán y menos Mérida, hay zonas en el sur de la capital del estado, donde vive la gente trabajadora y pobre, que la delincuencia se ensaña con ellos, mientras que en la zona norte de los ricos y pudientes, los delitos son menos, mientras que en el oriente y poniente, hay mucho robo a casa habitación, son colonias de clase media en donde les gusta vaciar las casas cuando sus dueños salen a trabajar.

¿La razón? Es la misma, en el sur no hay vigilancia ni muchas patrullas, todas las mandan al norte, para que los ricos estén seguros y parezca que hay muchas unidades y el gobernador justifica los miles de millones de pesos que ha gastado en casi cinco años, según él en equipar a la policía.

Que hayan triplicado el presupuesto de Seguridad Pública como dice Vila, tiene que ver con que así le puede meter la mano al erario público, no es para beneficio de la ciudadanía.

La gente en Yucatán no confía en la policía, es una de las policías que tienen también un índice de desconfianza muy alto, son torturadores, violadores de los derechos humanos.

Queda claro que el discurso permanente de “Yucatán Seguro” tiene más que ver con los grandes negocios del gobierno, sus amigos, patrocinadores y secuaces que con la gente.

La publicidad hace milagros, el dinero maravillas y compra conciencias, por eso la retórica permanente de que en Yucatán todos viven en paz y armonía, a base de tanto repetir, algo se queda y a fuerza de tanto gastar en propaganda y publicidad por todo el país y el extranjero, pues la gente pone lo que el cliente pide.

Este esquema tan malvado y miserable de propaganda era de Hitler, el monstruo de la humanidad.

Su propagandista Goebbels era muy bueno, y por eso se repetían tantas cosas a nivel de propaganda para que la gente creyera en el tirano.

Antes de seguir, y si se pregunta cuál es la diferencia entre propaganda y publicidad, realmente es lo mismo, solo que la propaganda se refiere cuando se pagan anuncios políticos, y la publicidad cuando son de tiendas comerciales.

Bajo cualquier circunstancia, Mauricio Vila quiere ser candidato presidencial, sabe que ahí va a terminar de engordar sus bolsillo, ya que hasta el momento no se le ven llenadera, y por otro lado, necesita elevar su imagen a nivel nacional, para que deje de ser el político de rancho que es y parece, sino tiene estatura de político nacional –y no la tiene, solo hay que mirarlo-, pues nadie lo va a pelar al pobre hombre. Yucatán no es como lo pintan, claro que es un gran estado por su gente y naturaleza, pero quizá uno de los peor gobernados en el país y ya es decir algo.

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