*El grupo más peligroso y violento que impone la ley del cobro de piso es La Familia Michoacana, según denuncian comerciantes y habitantes del municipio de Luvianos – localizado a tres horas de Toluca– quienes aseguraron que cuando el grupo criminal irrumpió en la demarcación les envió mensajes a todos los comercios para que comenzaran a pagar su cuota
Ricardo Ravelo / Corresponsalías Nacionales / Grupos Sol Corporativo
(Segunda de cuatro partes)
Ciudad de México.- El crimen organizado sentó sus reales en el Estado de México y convirtió a esa entidad en tierra de nadie: el crimen impone su ley por todas partes, sin que haya autoridad que le ponga freno a la ola de secuestros, “levantones”, cobro de piso y matanzas. Todos estos delitos se han multiplicado durante el gobierno de Alfredo del Mazo, pieza del llamado grupo Atlacomulco que fundara el extinto profesor Carlos Hank González.
Considerado el semillero electoral del PRI en sus épocas de bonanza, el Estado de México hoy es tierra de cárteles: ahí operan impunemente organizaciones criminales como La Familia Michoacana, Los Viagras, Los Beltrán Leyva, entre otros, que imponen su ley mediante la violencia, la amenaza, el robo y el cobro de piso a comerciantes de todos los niveles.
Incluso, imponen el precio de los productos comestibles, el gas y otros insumos de primera necesidad, pues aumentando los costos estos grupos obtienen ganancias a través de las cuotas que les cobran al comercio formal e informal.
El Estado de México, entidad que gobierna el priista Alfredo del Mazo, se ha convertido en un territorio de cárteles que han desplegado su violencia por todo el territorio, cuna del llamado grupo Atlacomulco que representara el profesor Carlos Hank González.
Con altos niveles de corrupción policiaca, esa entidad federativa se volvió muy atractiva para los grupos criminales: operan los cárteles del Golfo, La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios, el Cártel de Jalisco Nueva Generación y Guerreros Unidos.
De acuerdo con información de la Secretaría de la Defensa Nacional, el Estado de México concentra más grupos criminales que cualquier otra entidad. Estos grupos operan, con apoyo oficial, el tráfico de drogas y han azotado a la población con las extorsiones, secuestros, cobro de piso, tráfico de personas, venta de protección y asesinatos por encargo, una modalidad bastante socorrida en ese estado.
Según datos de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que encabeza Santiago Nieto, en el mapa criminal no existe otra entidad federativa con mayor presencia de grupos dedicados al narcotráfico.
Y es que a pesar de que el gobernador Alfredo del Mazo –quien ya cumplió tres años en el poder –ha dicho que trabaja por la seguridad del estado, lo cierto es que el territorio se ha convertido en un campo de batalla de los cárteles de la droga.
A lo largo y ancho de los 22 mil 500 kilómetros de territorio, los cárteles de Jalisco, Sinaloa, Familia michoacana, Caballeros Templarios y Golfo disputan a sangre y fuego el control del tráfico de enervantes. Tanto de día como de noche son frecuentes las balaceras y asesinatos en demarcaciones como Tecámac y Ecatepec, los que concentran la mayor parte de esta narco-dinámica.
Con base en la información de que dispone, la UIF considera que en el territorio nacional no existe otro estado donde haya tanta presencia de cárteles como ocurre en el Estado de México. En dicho territorio opera de todo: desde cárteles poderosos hasta células delictivas que han contribuido con su cuota de violencia: esa es la razón de que la entidad ocupe los primeros lugares a nivel nacional en homicidios, feminicidios, tráfico de drogas, extorsiones, robos y secuestros.
De acuerdo con el titular de la UIF, Santiago Nieto, en México existen 19 cárteles considerados por él como de “alto impacto” y que dominan el lavado de dinero. De este total de grupos criminales, ocho de ellos están afincados en el Estado de México. Un dato resalta: en lo que van del año se han presentado 2, 400 casos de narcomenudeo, lo que revela que es un estado con elevado consumo de drogas, principalmente cocaína, marihuana y sustancias de diseño o sintéticas.
Desde hace varias décadas, el Estado de México es refugio de capos, sicarios, narcotraficantes y ha cobijado a grandes redes de la delincuencia organizada. La Policía del Estado de México llegó a ser considerada, hasta hace una década, como una de las más corruptas y temibles del país, después de la de Tijuana en tiempos del alcalde Jorge Hank Rhon.
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