EL HALCONAZO: ¿QUIÉNES ERAN LOS HALCONES?
- Los “halcones” fueron un grupo de más de ochocientos golpeadores y karatekas al mando del militar Manuel Díaz Escobar Figueroa, “El Maestro”.
Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo
(Cuarta de siete partes)
Ciudad de México.- En 1966 el entonces secretario de gobernación Luis Echeverría manda al Departamento del Distrito Federal al coronel Manuel Díaz Escobar. Este crea al grupo paramilitar con el objetivo de “reprimir cualquier manifestación de todo movimiento que criticara al gobierno”.
Estos eran pagados por el gobierno y encabezados por el regente capitalino. El grupo estaba formado por militares, pandilleros, jóvenes provenientes de clubes deportivos, y “porros” universitarios. Estos últimos vieron crecer sus filas tras el “halconazo”. La primera vez que entraron en acción fue el 2 de octubre de 1969, a un año de la matanza de Tlatelolco.
“Algunos de los principales mandos de Los Halcones surgieron de la Brigada de Fusileros Paracaidistas del Ejército, entre ellos, Víctor Manuel Flores Reyes, Rafael Delgado Reyes, Sergio San Martín Arrieta, Mario Efraín Ponce Sibaja y Candelario Madera Paz, los cuales entrenaban sus hombres en los llanos de las colonias San Juan de Aragón y Cuchilla del Tesoro, en la delegación Gustavo A. Madero”.
Los “halcones” fueron un grupo de más de ochocientos golpeadores y karatekas al mando del militar Manuel Díaz Escobar Figueroa, “El Maestro”, entonces Subdirector de Servicios Generales del DDF, que durante los dos años anteriores a la tragedia, recibió instrucción de box, judo, karate y bojun-su.
Antes del 10 de junio, los “halcones” habían reventado mítines en el IPN y la Preparatoria Popular, y tras la represión del jueves de Corpus Cristi, desmantelaron su campo de entrenamiento de San Juan de Aragón, se concentraron en el Palacio de los Deportes y fueron pagados y disueltos con la consigna de realizar acciones terroristas y asaltos para distraer a la opinión pública.
Díaz Escobar, su jefe, renunció a su cargo de subdirector en el DDF después de la matanza, fue comisionado a la embajada mexicana en Santiago de Chile y el 1º de junio de 1979, fue ascendido por el presidente José López Portillo a general de brigada diplomado del estado mayor.