Está relacionado con lavado de dinero y el negocio del “huachicoleo” además, dice que a través de familiares consanguíneos y políticos ha construido una amplia red de negocios
Ricardo Ravelo / Corresponsalías Nacionales / Grupo Sol Corporativo
(Segunda de cuatro partes)
Ciudad de México.- Los reflectores se encendieron en contra de Cabeza de Vaca cuando Raúl Eduardo Monge Castillo –titular de la Comisión del Agua en Tampico y funcionario de finanzas del gobierno tamaulipeco –fue secuestrado presuntamente por Los Zetas durante 41 días.
Durante su cautiverio fue obligado a declarar que García Cabeza de Vaca está relacionado con el narcotráfico. Sus plagiarios encendieron una cámara y le exigieron a golpes que dijera la verdad. Ahí no tuvo más opción de contar la historia que sabía. Fue grabada y después difundida.
Dijo que el actual exgobernador de Tamaulipas se relacionó con el narcotráfico desde hace varios años y relató que cuando fue lanzado por el PAN como candidato recibió de Los Zetas dos millones de dólares. No fue todo: su hermano Ismael García –dijo –también recibió dinero del crimen, según expuso, le dieron un millón de dólares. Los recursos fueron utilizados para sus respectivas promociones políticas.
A raíz de estos hechos, ocurridos en 2018, en Estados Unidos –donde Cabeza de Vaca tiene una historia plagada de claroscuros –el FBI y la DEA abrieron amplios expedientes para investigar los vínculos del mandatario tamaulipeco con el narcotráfico.
Tras su liberación, cuarenta y un días después de su secuestro –apareció en el municipio de Ozuluama, en Veracruz –Monge Castillo dijo que fue obligado a declarar porque estaba siendo golpeado por el grupo criminal que lo plagió. El contenido del video, sin embargo, nunca fue desmentido y sirvió como prueba para que las autoridades de Estados Unidos le fincaran cargos por delincuencia organizada.
En México también se integró una investigación y está a cargo de la FGR. La acusación la presentó Alejandro Rojas Díaz Durán, aspirante a la dirigencia nacional de MORENA, el 29 de junio de este año, en la que acusa a Francisco Daniel García Cabeza de Vaca de encabezar en Tamaulipas lo que él llama narco Estado.
En su relatoría señala que Cabeza de Vaca está relacionado con lavado de dinero y el negocio del “huachicoleo” además, dice que a través de familiares consanguíneos y políticos ha construido una amplia red de negocios: compra de inmuebles, ranchos y empresas fachada; expone también que, según sus cálculos, el exgobernador ha amasado una fortuna de más de 3 mil millones de pesos que están siendo lavados en negocios familiares.
Detalla el denunciante:
“El gobernador de Tamaulipas es cabeza de un narco Estado”, y explicó que él investigó al actual mandatario durante año y medio; asegura que recopiló pruebas, evidencias y testimonios que confirman la presunción de que el exgobernador está vinculado con el crimen organizado.
No fue todo: Señala, además, que desde que fue alcalde de la ciudad de Reynosa, entre los años 2005 y 2007, Cabeza de Vaca construyó un cártel que tuvo la protección de los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, respectivamente.
Y en su amplia explicación, abundante en detalles, relata que otra prueba de que Cabeza de Vaca está vinculado al crimen es la operación del grupo de élite de la policía denominado CAIET –Centro de Análisis, Inteligencia y Estudios de Tamaulipas –porque, en realidad, dice, este grupo está integrado por exsicarios del cártel Golfo.
En su denuncia –la cual ya derivó en una carpeta de investigación formal –Díaz Durán apuntó más allá del propio Cabeza de Vaca: enfocó los reflectores hacia el expresidente Felipe Calderón –bajo sospecha tras la captura de Genaro García Luna en Estados Unidos –porque el secretario particular del expresidente –Roberto Gil Zuarth –operó como vínculo y contacto de Francisco Daniel García Cabeza de Vaca para enlazarlo con Genaro García Luna, quien está acusado de ser el protector del cártel de Sinaloa.
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