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MÉRIDA SE CAE A PEDAZOS

En dos años, Mérida pasó del tercer al noveno lugar nacional del Índice de Competitividad Urbana por la pésima labor de Renán Barrera Concha. Manipula los datos del IMCO para proteger su imagen ya deteriorada.

  • Por ejemplo, en la rehabilitación de calles, parques, banquetas entre otros, se invierte solo el 5% del presupuesto del ayuntamiento, y el 99% de esa inversión proviene de recursos federales, pero hacen creer a los meridanos que es inversión del Ayuntamiento.
  • Lo más grave: durante el primer año del tercer período del alcalde se realizaron 352 procesos de adquisiciones y obra pública, el 52% de estas obras fueron por adjudicación directa, o sea, que más de 500 millones de pesos fueron a las arcas de quien designó Renán

José González Cámara/Sol Yucatán

Mérida.- En tan sólo dos años, Mérida pasó del tercer al noveno lugar nacional del Índice de Competitividad Urbana, debido a la pésima labor del alcalde Renán Barrera Concha, cuyas obras están alejadas de la realidad, así como del bienestar de la población.

Ante el retroceso registrado de 2020 a 2022, el presidente municipal busca, a como dé lugar, difundir las “buenas acciones” de su administración, por lo que manipula los datos e información, tanto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) así como del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Por ejemplo, cuando se habla de rehabilitación de calles, parques, banquetas entre otros, se invierte solo el 5% del presupuesto del Ayuntamiento, y el 99% de esa inversión proviene de recursos federales, pero hacen creer a los meridanos que es inversión del Ayuntamiento.

Pero la cosa no acaba allá y viene lo más grave, ya que durante el primer año del tercer período del alcalde se realizaron 352 procesos de adquisiciones y obra pública, y de acuerdo a la plataforma nacional de transparencia, el 52% de todas estas obras y adquisiciones fueron por adjudicación directa, o sea, que más de 500 millones de pesos fueron a las arcas de quien designó el alcalde.

“De acuerdo con las mediciones realizadas en el instrumento de evaluación Índice de Competitividad Urbana (ICU) 2022 del IMCO, Mérida ocupa el lugar número uno del país por su elevada calidad de vida y bienestar a consideración de las familias que habitan o deciden mudarse a la capital yucateca”, pero en ningún momento se especifica los rubros, por lo que es ante todo, una falsa imagen de la capital yucateca.

De acuerdo con los resultados del ICU, durante 2020, la mejor ciudad con más de un millón de habitantes es el Valle de México, seguido de Monterrey, y Mérida en el tercer lugar nacional.

Sin embargo, al año siguiente, Mérida descendió al quinto lugar, cuyo orden fue el Valle de México, Guadalajara, Querétaro, Monterrey, y Mérida.

Pero, en 2022, la caída fue más estrepitosa, pues llegó al noveno sitio, por lo que era antecedida por Monterrey, Saltillo, Guadalajara, Querétaro, Valle de México, Chihuahua, Aguascalientes, Mexicali y Mérida.

Es evidente que no le interesa frenar este incongruente crecimiento y seguirá con su campaña pues la gallina de los huevos de oro pronto dejará de ser de él.

Entre los datos evaluados estuvieron las áreas de igualdad salarial, rendimiento académico, oferta médica, condiciones sociales y servicios de salud.

Asimismo, el IMCO señaló que las ciudades con mejores indicadores de calidad de vida son más atractivas para las inversiones y el talento.

MENTIRAS DE RENÁN

De acuerdo con el documento revisado, se menciona que “la posición de Mérida en los primeros lugares de las encuestas es producto del trabajo que la administración municipal ha realizado en los últimos 10 años, donde ha invertido en el remozamiento de la imagen urbana, elevar la calidad de los servicios públicos, modernizar sus procesos de transparencia y atraer la participación ciudadana en la toma de decisiones para incidir en los retos que tiene una ciudad en constante desarrollo y crecimiento”.

La realidad es otra, tal como se aprecia en las redes sociales, donde a diario se reportan numerosas anomalías que prevalecen en la ciudad, pero sobre todo en las comisarías, y numerosas de ellas son diversas las precariedades que prevalecen.

Renán Barrera le apostó al crecimiento exponencial de Mérida, zona conurbada y municipios que les interesan, sin importarles o sin medir las consecuencias que esto traerá sobre todo sin planeación alguna.

Pese a ello, no hay propuesta alguna para la solución de estas anomalías, y lo que no hizo en 2021 y 2022 lo realizará en 2023, para demostrar a los yucatecos que trabaja para el bienestar de la ciudadanía, es decir, es un plan con maña, pues hará campaña de precandidato al gobierno del Estado por parte del Partido Acción Nacional (PAN).

Todo es resultado de los millones que les deja traer más empresas y con ellas más población de fuera para engrosar el problema demográfico y vial. Ese es otro gran problema, que todas o en su mayoría las grandes empresas traen a todo su personal profesional y solo ocupan a un pequeño número de locales dejando de lado a los profesionistas locales.

SUDANDO EL DINERO  

Además si tenemos calles desastrozas, parques abandonados y sucios, calles que se inundan hasta con el rocío de la noche así como alumbrado público deficiente, podríamos pensar que no hay recursos para subsanar tales carencias, pero resulta que el ayuntamiento de Mérida tenía al 31 de agosto de 2022 el saldo en bancos más grande de su historia, cantidad que suma la nada despreciable cifra de 1,766 millones de pesos, dinero asentado mientras la ciudad se cae a pedazos.

El 65% de este activo proviene de recursos propios ingresados gracias al pago de onerosos impuestos y derechos que pagamos los meridanos; recursos añejándose mientras las suspensiones y llantas de nuestros vehículos se despedazan debido a las lamentables condiciones de las calles.

¿Y muchos se preguntarán si la idea de contener el gasto en el 2021 y 2022 es o no concertada?

Tener a una ciudad en este deplorable estado con tanto dinero en el banco – además del dinero en la caja chica de lo que recaudan «bajo el agua» de vendedores ambulantes, permisos mañosos y otras entradas, es una burla para los meridanos.

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