POLICÍAS, EMPLEADOS DEL NARCO
- Los penales del Estado estaban bajo el control del narcotráfico, particularmente de las bandas aliadas al Cártel de Juárez, como los Aztecas, los Mexicles y los Artistas Asesinos.
- Tras ser sometidos a exámenes para evaluarlos, resultó que los policías tenían nexos con el narcotráfico, eran consumidores de droga y una buena parte de ellos operaban como sicarios del Cártel de Juárez.
- Quien fue severamente señalada de tener nexos con el Cártel de Juárez fue Patricia González Rodríguez, quien fungió como procuradora del Estado.
Ricardo Ravelo/La Opinión de México/Sol Quintana Roo/Sol Yucatán/Sol Campeche/Sol Chiapas/Sol Belice/La Opinión de Puebla
(Tercera de cinco partes)
Ciudad de México.- Frente a la fuerza del Estado, el narcotráfico respondía con más violencia y corrupción. Fue cuando se recrudeció la violencia. Hubo fuertes y cruentos ataques a centros de rehabilitación para adictos; los penales del Estado estaban bajo el control del narcotráfico, particularmente de las bandas aliadas al Cártel de Juárez, como los Aztecas, los Mexicles y los Artistas Asesinos, las cuales tenían infiltradas a todas las policías de Chihuahua.
Los alcaldes chihuahuenses le exigieron al gobierno de Felipe Calderón que enviaran unos mil soldados al Estado. Y así se hizo. Los militares pronto sustituyeron a unos 800 agentes policíacos. Tras ser sometidos a exámenes para evaluarlos, resultó que los policías tenían nexos con el narcotráfico, eran consumidores de droga y una buena parte de ellos operaban como sicarios del Cártel de Juárez.
Mientras las fuerzas federales realizaban operativos, detenciones y patrullaban el Estado para pacificarlo, el crimen organizado exhibía a las autoridades por todas partes.
Días después de que César Duarte Jáquez tomó posesión como gobernador, el crimen organizado le dio la bienvenida, a su más puro estilo: Fueron ejecutados dos familiares suyos, entre ellos, Mario Humberto Medina, su sobrino. Era el primer aviso. Era claro que lo querían someter.
La crisis de seguridad que heredó César Duarte tenía que ver, en buena medida, con la protección al crimen organizado que actuó el gobierno de José Reyes Baeza. Quien fue severamente señalada de tener nexos con el Cártel de Juárez fue Patricia González Rodríguez, quien fungió como procuradora del Estado.
Ya en el gobierno de César Duarte ocurrió un hecho que mantuvo a González Rodríguez en el ojo del huracán: Fue secuestrado su hermano, Mario González Rodríguez. El hecho ocurrió el 21 de octubre de 2010 y, según ella misma denunció, participaron expolicías y agentes activos del Estado. Lo verdaderamente sorprendente es que luego apareció un video en el que su propio hermano la acusa de varios asesinatos y de tener vínculos con el Cártel de Juárez. El video habría sido grabado en las instalaciones de la Procuraduría del Estado.
Sin embargo, la exprocuradora protagonizó todo un escándalo. El entonces gobernador, César Duarte, negó que en el plagio hayan participado exagentes y agentes del Estado. Patricia González dijo que ella tenía conocimiento que la Secretaría de la Defensa Nacional –que la veía con recelo por sus presuntos nexos criminales– contaba con información sobre el secuestro de su hermano, el cual fue perpetrado por una célula del Cártel de Sinaloa que estaba confrontada con el de Juárez.