LAS CANTINAS EN MÉXICO: VÍCTIMA DE UN ATENTADO

- El general sonorense Álvaro Obregón fue víctima de un atentado dinamitero en el bosque de Chapultepec.
Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo
(Quinta de siete partes)
Ciudad de México.- Y años antes ocurrieron hechos históricos, en los que se mezclaron el fanatismo, el alcohol, la brutalidad, los celos y la impunidad.
El general sonorense Álvaro Obregón fue víctima de un atentado dinamitero en el bosque de Chapultepec, y sin juicio previo, fueron acusados y con rapidez fusilados los hermanos Miguel y Humberto Pro, el ingeniero Luis Segura y otra persona.
El dibujante del diario Excélsior, José de León Toral, gran amigo de Humberto Pro—hermano del sacerdote Miguel Pro—escuchó la dramática queja de Anita Pro, al ver ensangrentados y sin vida a sus hermanos, entonces José juró vengar los decesos y se preparó pacientemente para acabar con la existencia del general Álvaro Obregón.
El 17 de Julio de 1928, en el restaurante La Bombilla, el dibujante fingió ser caricaturista y pudo acercarse a Obregón, a quien le disparó en cinco ocasiones con una pistola española, calibre .32.
El diputado potosino Gonzalo N. Santos, amigo y presunto protegido de Obregón, se sintió indignado por el crimen, cometido por otro potosino, José de León Toral y se prometió “hacer algo”.
Al calor del alcohol—sustancia criminógena tolerada en casi todo el mundo por los cuantiosos impuestos que benefician a muchos gobiernos—el político asistió al proceso de Toral y su presunta cómplice, Concepción Acevedo y De la Llata, mejor conocida históricamente como “La Madre Conchita”, a quien Santos le fracturó una pierna a patadas, sin que las autoridades intentaran siquiera impedir la salvaje agresión.
Al juicio le siguió una condena de 20 años de prisión para “La Madre Conchita”, (calificada como una “mártir de México”, por el Vaticano), y pena de muerte para José de León Toral.
Pero muchos sabían que Gonzalo N. Santos no sólo era responsable del atentado contra la infortunada mujer, (quien nada tuvo que ver en el asesinato de Obregón), sino de la ejecución de su rival en amores, el joven estudiante universitario Fernando Capdevielle, el miércoles 21 de Septiembre de 1927.
Resulta que a pesar de que el político potosino se creía apuesto y varonil, Fernando Capdevielle se apoderó inesperadamente del corazón de la señora Santos…
Así lo explicó el defensor Antonio Jáuregui: “Conocí a Fernando Capdevielle en mi Notaría, donde practicó su profesión. Supe de sus relaciones con la esposa de Gonzalo N. Santos, las que comenzaron en Tehuacán y continuaron en esta ciudad. Ella se hacía llamar “Alicia” y cuando el joven supo que era esposa de Santos, intentó romper sus relaciones con la señora, quien inició el divorcio y se marchó a Estados Unidos, desde donde le enviaba cartas a Fernando y regalos que puedo traer como prueba de lo que digo”.
“Capdevielle temía desde entonces ser asesinado por Santos. Su sospecha se afirmó cuando una tarde, estando ya en Estados Unidos la señora de Santos, se intentó ponerle una trampa al estudiante. La mujer le advirtió que efectivamente Santos quería matarlo y que era capaz de hacerlo pues tenía pésima educación y de nivel ínfimo”…